
Muy mal visto por su reiterada misoginia, autor de frases célebres como aquella de que "la mujer es un ser de cabellos largos e ideas cortas," Schopenhauer merece también ser recordado por otros aportes menos polémicos. Entre ellos, está el de haber sido el primer gran "intelectual" europeo en interesarse por la filosofía de la India, y en incorporarla a su propio pensamiento. Se adelantó en ese sentido a una tendencia que llegó a ser muy fuerte en Occidente en la parte final del siglo XX.
Schopenhauer leyó los Upanishads, una de las grandes obras de la literatura Védica, que son los grandes textos sagrados de la India, en la primera traducción de ellos que fue publicada en Europa entre 1801 y 1802. La historia de esta traducción es muy interesante: el príncipe musulmán Dara Shukoh ordenó que el original sánscrito de los Upanishads fuera traducido al persa, que era entonces la lengua oriental más conocida por los especialistas europeos. Uno de estos especialistas, el francés Anquetil Duperron, tradujo el manuscrito persa al latín. Fue ésta la versión que leyó Schopenhauer.
En "El mundo como voluntad y representación," nuestro filósofo compara el descubrimiento de la literatura védica con el resurgimiento de los clásicos griegos a partir del siglo XIV. Aprecia la dificultad de traducir del sánscrito: si el griego y el latín nos cuestan tanto trabajo, siendo lenguas muy cercanas a las nuestras, tanto más el sáscrito, que, aunque indoeuropeo, es distante en tiempo y espacio. Alaba seguidamente la traducción de Duperron. Concluye profetizando que, en vista de la decadencia del judeo-cristianismo, la religión hindú está destinada a ser la religión del pueblo: Ex oriente lux.
Al respecto, recuerdo una amiga mía que comentaba una vez acerca del budismo que ostentaba sobre todo cierta clase media, en parte como alternativa a un cristianismo en el que nunca creyeron, en parte por esnobismo. Ella decía que antes que eso, prefería seguir siendo cristiana. Creo que quiso decir que en el fondo todas las religiones son más o menos lo mismo, las diferencias tienen que ver con la expresión cultural.
Fuente: Schopenhauer y los Upanishads